Zarpé rumbo al enigmático continente un 15 de abril de 1964, justo unos días antes que el Ejército Español me convocara para alistarme con carácter obligatorio ... quién me iba a decir, que 45 años más tarde me arrancaría con este Blog y una vida cargada de anécdotas y experiencias a la espalda!

El corazón dividido ... español en tierras del oeste de Africa, si existe otra vida, repetiré!


Liberia (West Africa)

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Sueño o Malaria ...


... lo cierto es que sólo es cuestión de tiempo, pero lo que sí es seguro es que la dureza de África se revelará contra uno en forma y modo de Malaria: comenzará después de haber tenido la mala suerte de que una “mosquita” a consecuencia de haber chupado sangre de otro ser humano portador de este parásito, lo transmita con un picotazo y provoque el contagio inmediato.



Entre las varias crisis de paludismo que he sufrido, la más grave fue la que me sorprendió en MIM Timber, Tappita, Nimba (Liberia) ... de no haber sido por el paciente cuidado de mi queridísima esposa Mamen, quizás, hubiese “cascado ”.



Todo comienza con un cansancio general, somnolencia y bostezos irresistibles, síntomas que atribuyes a algún esfuerzo; los párpados se vuelven pesados, dolores musculares y en articulaciones, te invade un malestar absoluto; los ojos adquieren un color y brillo singular, la fiebre es muy alta con continuos escalofríos y sudoración fría, la respiración se agita durante el período febril, causando fuertes dolores de cabeza y estómago, constantes nauseas y vómitos los cuales no provocan alivio alguno. Pálido, débil, con el pijama empapado y el pelo apelmazado por el sudor, pero más que el dolor o el cansancio, lo que verdaderamente me mortificaba era la angustia por la impotencia que se apoderaba de mí. Te resistes a pensar que estás enfermo pero poco a poco te sientes abatido “… desde ese momento el miedo no te abandona …” .


Incubas altas fiebres que superan los 40ºC y que luego padecerás durante un tiempo en intervalos, dependiendo del ciclo de ataque; se apodera de tí una incontrolada “tiritona” ... un frió tremendo, los dientes castañean, sólo deseas taparte para intentar mitigar el mortífero frío que te estremece, con señas pides que te echen más ropa encima, como inútil prevención contra los violentos temblores, sin conseguir que disminuya la pérdida de temperatura ya que esta no proviene de fuera, sino que surge de tu interior "... yo sentía como un frió cadavérico tomaba el poder de mi cuerpo ..." medio inconsciente te arrebujas entre las mantas, reposas inmóvil delirando en un agitado duermevela ... y durante este estado y en algún que otro flash de lucidez pensé “… de seguir así por mucho tiempo, no se si lo podré aguantar...”. Tumbado casi inconsciente, envuelto en sudor y sacudido por rítmicas oleadas de convulsiones, yaces postrado en tu cama, “... la fiebre no se va ...”, la cabeza te da vueltas, la respiración se acelera, experimentas la sensación de que en cualquier momento la cabeza y el corazón van a explotar, el dolor se pasa a los riñones y a la columna vertebral, malamente consigues mantener el cuello erguido, te molesta la claridad e inclusive las voces de los que te cuidan ... no puedes ponerte en pie. ¡No puedes más ...!.


El sudor te corre por la cara y el cuello, el cuerpo está empapado de humedad, la sensación de entumecimiento de tus acuosas y arrugadas manos te revelan la enfermedad de la que eres preso; las ropas y sábanas también empapadas potencian el frío al enfriarse ... una especie de neblina envuelve tus pensamientos, entras en un inexplicable mundo de “sueños”, más bien que sueños, son delirios en despierto, y que por más que te esfuerzas no los puedes coordinar ni desecharlos de tu mente, en definitiva son un aluvión de imágenes inconexas “... alguien me perseguía y mis movimientos eran tremendamente lentos, así que continuamente estaba a merced del perseguidor, caía por simas y abismos indescriptibles ...”, por más que intentas no puedes escapar de semejante pesadilla ... que me conducía a un estado de permanente agobio, pavor y sufrimiento; quieres dormir más y más pero no puedes, estás sumergido en un estado de agotamiento y de impotencia total, estoy seguro de que si se pudiese controlar el pensamiento te daría pánico tu propia vivencia. Durante cuatro o cinco días las altas fiebres me mantuvieron alejado de la noción del tiempo y espacio. En definitiva, eres una piltrafa humana. Lo tremendamente gratificante y que me llenaba de tranquilidad y seguridad cada vez que retornaba de mis incontroladas ausencias ... (cortos sueños) y recobraba algo la conciencia, era ver que a la cabecera de la cama, estaba ella, Mamen, vigilante por mi estado y sentada ora en una silla ora en el borde de la cama, expectante día y noche de mi evolución, dándome puntualmente mis dosis de quinina y abrigándome cuando mis miembros inquietos tiraban las coberturas al suelo. Posiblemente muy preocupada durante días y lo más probable sin haber podido conciliar el sueño durante horas ... ¡gracias mi vida, de no haberte tenido al lado ...!.


Cuando por fin consigues mirarte al espejo, tu rostro está demacrado y sin ningún rasgo de viveza, te ves mayor; no obstante, quieres autoconvencerte de que “yo” no seré parte de esos 2,7 millones de infectados que mueren por causa de esta maquiavélica enfermedad. Llegado a este punto sabía que el ataque de malaria pasaría en cuanto hubiera cursado su proceso. La recuperación es lenta, pasan muchos días antes de regresar a tu estado habitual. Tienes que tener un cuidado especial: de no hacer ejercicios bruscos mientras estés convaleciente para no recaer por segunda vez, estas recaídas suelen estar ligadas a malaria cerebral... ¡...todo esto por una puta mosquita ...!



He aquí, del porqué tengo tanto odio a los mosquitos ¡Si algo me hace saltar de mi lecho, es el zumbido de un mosquito en mi habitación ...! Un recuerdo a todos esos amigos que no la superaron ... a todos ellos un abrazo dondequiera que estén ...

martes, 24 de noviembre de 2009

En Africa, los niños llevan muchos años matando ...


Los sangrientos combates que arrasan algunos países del Continente, están dejando un balance de cientos de miles de niños huérfanos, sin apoyo familiar, con hambre y sin un lugar donde habitar, lo más sencillo para ellos es seguir a los ejércitos de rebeldes, los cuales saben que a éstos con un arma en la mano les es fácil conseguir todas las necesidades que ellos carecen. Rápidamente serán captados y en corto tiempo se verán comandados por colegas mayores, que a su vez también son niños (un poco más mayores ), y como a estos les sucedió en su día, los enviarán a primera línea de fuego … saben que las escaramuzas armadas de estos chiquillos son tan encarnizadas como efectivas; entre la corta edad, el dopaje previo a que es invitado le hace carecer del instinto de conservación, no siente ni entiende el miedo a la muerte …

Los ataques por ambas partes, casi cuerpo a cuerpo de estos niños rebeldes suelen ser terroríficos, disparan a quema ropa, muchos de ellos y debido a su corta edad les es imposible el controlar el retroceso de su AK47 haciendo que sus disparos vayan por doquier. Muchos caen y otros morirán por falta de medicamentos, hospitales o clínicas cercanas, serán otros miles que añadir a la interminable lista de muertos anónimos en África.

La mayoría de los “Lores de la Guerra” africanos reclutan a niños pequeños; huérfanos o arrebatados a la fuerza de sus familias; tras recibir un corto entrenamiento, les proveen con armas y al frente! En un día cualquiera de una posible confrontación, con toda seguridad su desayuno es una dosis de droga, así que cuando se encuentran bajo sus efectos, los rebeldes de más edad envían a los recién reclutados, la llamada unidad “SBU - Small Boy Unit” una de las más temidas. Los chiquillos -dopados, atontados ...- se comportan como valientes “camicaces”, se lanzan al fragor de la lucha, van directamente al encuentro de las balas, muchos caen en el estrépito de la batalla, otros pierden alguna extremidad al ser alcanzados por alguna bala perdida o al estallarle una de muchas minas antipersonal diseminadas por las zonas ... llegados a este punto dejan de ser útiles y son expulsados o sencillamente abandonados.

Son pequeñas criaturas de caras hinchadas y ojos cansados, algunos de ellos sin un brazo, sin una pierna, o simplemente “idos” por el continuo consumo de un “Crack” que les está volviendo locos. En su deambular desde el frente de batalla en el interior del país, muchos consiguen llegar hasta la capital, Monrovia, último recurso de estancia, donde intentarán la difícil tarea de ser admitidos en los ya congestionados puestos de “recaudar” limosnas; entradas de los supermercados, oficinas y restaurantes, lugar donde practicarán la difícil profesión de la mendicidad, en las calles de una ciudad abarrotada de mendigos.

No hablan ni comentan sus orígenes con nadie, intentan por todos los medios borrar la lacra de su pasado, no les es fácil, aunque tienen un factor a su favor: “… no tienen a nadie que les recuerden quienes han sido …”.
La foto es de mi hijo Billy en el jardín de casa (agosto, 1992) en Buchannan con niños SBU ... minutos antes jugaban con coches de juguete en una pila de arena ... eran niños, claro! El lado triste es que dos meses más tarde, algunos murieron en la Operación "Octopus" entre Buchannan y Monrovia.

martes, 3 de noviembre de 2009

Una máscara y muchos significados ...


Trabajando las concesiones en la selva aprendí que la estatuilla entre los nativos viene a ser su identificación étnica y personal ... e incluso viajaba entre poblados en visita oficial. Además de utilizarla el brujo dentro de su clan como instrumento para captar la energía que emana de los espíritus que simboliza.

El papel de la máscara ocupa un lugar de honor entre las costumbres de los nativos, tanto en ceremonias funerarias como en las demandas esporádicas del brujo en el marco del clan. Es tanta la superstición en sus creencias que inclusive el portador de las máscaras se llega a identificar con el espíritu que invoca, y que entre el griterío de los ebrios asistentes, el sonido de los monótonos cánticos al son de los incesantes timbales, las trepidantes danzas en medio de la densa cortina de polvo, poco a poco, va tomando posesión de su persona hasta entrar en trance y éxtasis profundo, convirtiéndose durante horas en el instrumento del espíritu.

Cada etnia tiene su propia representación, ritos que van desde las ceremonias funerarias o nupciales, la iniciación de los niños varones hacia la pubertad (circuncisión) o las niñas a la fecundidad (ablación), e incluso la quema de fincas y su siembra, así como la recogida de sus cosechas, por no obviar la invocación a los espíritus de los animales existentes en el clan y en los cuales dicen transformarse con máscaras afines a las bestias invocadas. Fetiches en manos de hechiceros con fines de captación de fuerza maligna para uso de poderes malignos, es muy peligroso en manos de tales “sociedades secretas”, puesto que el motivo principal de estos rituales es poseer el control del terrorífico poder aprovechándose de la ignorancia de sus súbditos y clanes vecinos, a quienes mantendrán aterrorizados el resto de sus vidas.

Creen firmemente que con la “medicine” elaborada por brujos, tanto en formas de fetiches, amuletos, sustancias o pócimas mágicas ... les servirá como objetos, que les liberará de toda clase de conjuros, enfermedades, mal de ojo ... etc.

Entre las máscaras, estatuillas y amuletos, las hay relacionadas con la “magia negra” elaboradas con fines “malévolos” denominadas “fetiches” (proveniente de la palabra portuguesa feitico). La creencia es que el poder de estos fetiches malévolos, muñequillos de barro o madera representando tanto humanos como animales atravesados con clavos o agujas, colmillos de leopardo, picos o garras de águilas, dientes de cocodrilos, huesos de animales e inclusive de humanos, pelo de animales, cabellos de humanos, partes de órganos humanos y animales, no radica en los ídolos propiamente dichos, sino en las pócimas (yuyu) que han sido embadurnadas o las que portan en su interior alojadas en alguna oquedad secretamente tallada y rellenada... cada uno de estos fetiches malignos puede representar una diferente clase de maldición o de conjuro, bien para ocasionar mala suerte, daño, e inclusive para producir la muerte a otro ser humano.

“... según algunos historiadores estos fetiches pueden tener su origen en los relicarios introducidos por los portugueses en el intento de evangelizar el Continente Africano ..., para más tarde ser introducidos en el Nuevo Continente por mediación de la esclavitud...”. En el transcurso de la segunda mitad del siglo XV los portugueses ya visitaron la costa africana, desde las islas de Cabo Verde, Liberia, Ghana, Congo, hasta el Cabo de Buena Esperanza. Estableciéndose más tarde en las costas del Golfo de Guinea, en donde construyeron fortines y centros de comercio, desde los cuales se comerciaba con los nativos a cambio de marfil, oro y más tarde con esclavos.

Como anécdota y toque de humor a esta entrada y porque la realidad supera la ficción ... no hay brujo, espíritu o hechicero que se resista a una jaula de cervezas, un cartón de cigarrillos o una buena propina para reparar su traje de rafia ...

jueves, 29 de octubre de 2009

Calor de hogar en la selva ...


En el centro del poblado y durante todos los días del año suele haber encendida permanentemente una fogata, avivada asiduamente por los ancianos que ya cumplieron con las obligaciones laborables del clan.
Hoguera en donde las mujeres prenden sus pequeñas antorchas, con las que llevar el fuego a sus cocinas y a sus fincas cercanas, así viaja el fuego de poblado en poblado. No hay más luz que la de las diminutas lumbres, la de los candiles puestos encima de los reducidos tenderetes con productos básicos, minetras las mujeres “comerciantes” esperan pacientemente hacer las últimas ventas del día, y la de las lámparas colocadas en los afeitares de las ventanas, que con poca mecha emiten un débil resplandor, y de donde los miembros de cada familia cojerá la suya para el uso nocturno. Desde la distancia se observa como las llamas de las piras, quinqués y bombillas se interrumpen y desaparecen fugazmente cuando sombras humanas cruzan ante ellas, en su deambular por la aldea. Es por las noches donde las familias se reunen alrededor de la siempre encendida llama, para cocinar, calentarse, para combatir la tremenda humedad proveniente de la vegetación y para ahuyentar a los pegajosos mosquitos.

Así transcurrían muchas noches en la soledad de la selva ... fotografía de máscara africana (traída de Internet)