Zarpé rumbo al enigmático continente un 15 de abril de 1964, justo unos días antes que el Ejército Español me convocara para alistarme con carácter obligatorio ... quién me iba a decir, que 45 años más tarde me arrancaría con este Blog y una vida cargada de anécdotas y experiencias a la espalda!

El corazón dividido ... español en tierras del oeste de Africa, si existe otra vida, repetiré!


Liberia (West Africa)

martes, 24 de noviembre de 2009

En Africa, los niños llevan muchos años matando ...


Los sangrientos combates que arrasan algunos países del Continente, están dejando un balance de cientos de miles de niños huérfanos, sin apoyo familiar, con hambre y sin un lugar donde habitar, lo más sencillo para ellos es seguir a los ejércitos de rebeldes, los cuales saben que a éstos con un arma en la mano les es fácil conseguir todas las necesidades que ellos carecen. Rápidamente serán captados y en corto tiempo se verán comandados por colegas mayores, que a su vez también son niños (un poco más mayores ), y como a estos les sucedió en su día, los enviarán a primera línea de fuego … saben que las escaramuzas armadas de estos chiquillos son tan encarnizadas como efectivas; entre la corta edad, el dopaje previo a que es invitado le hace carecer del instinto de conservación, no siente ni entiende el miedo a la muerte …

Los ataques por ambas partes, casi cuerpo a cuerpo de estos niños rebeldes suelen ser terroríficos, disparan a quema ropa, muchos de ellos y debido a su corta edad les es imposible el controlar el retroceso de su AK47 haciendo que sus disparos vayan por doquier. Muchos caen y otros morirán por falta de medicamentos, hospitales o clínicas cercanas, serán otros miles que añadir a la interminable lista de muertos anónimos en África.

La mayoría de los “Lores de la Guerra” africanos reclutan a niños pequeños; huérfanos o arrebatados a la fuerza de sus familias; tras recibir un corto entrenamiento, les proveen con armas y al frente! En un día cualquiera de una posible confrontación, con toda seguridad su desayuno es una dosis de droga, así que cuando se encuentran bajo sus efectos, los rebeldes de más edad envían a los recién reclutados, la llamada unidad “SBU - Small Boy Unit” una de las más temidas. Los chiquillos -dopados, atontados ...- se comportan como valientes “camicaces”, se lanzan al fragor de la lucha, van directamente al encuentro de las balas, muchos caen en el estrépito de la batalla, otros pierden alguna extremidad al ser alcanzados por alguna bala perdida o al estallarle una de muchas minas antipersonal diseminadas por las zonas ... llegados a este punto dejan de ser útiles y son expulsados o sencillamente abandonados.

Son pequeñas criaturas de caras hinchadas y ojos cansados, algunos de ellos sin un brazo, sin una pierna, o simplemente “idos” por el continuo consumo de un “Crack” que les está volviendo locos. En su deambular desde el frente de batalla en el interior del país, muchos consiguen llegar hasta la capital, Monrovia, último recurso de estancia, donde intentarán la difícil tarea de ser admitidos en los ya congestionados puestos de “recaudar” limosnas; entradas de los supermercados, oficinas y restaurantes, lugar donde practicarán la difícil profesión de la mendicidad, en las calles de una ciudad abarrotada de mendigos.

No hablan ni comentan sus orígenes con nadie, intentan por todos los medios borrar la lacra de su pasado, no les es fácil, aunque tienen un factor a su favor: “… no tienen a nadie que les recuerden quienes han sido …”.
La foto es de mi hijo Billy en el jardín de casa (agosto, 1992) en Buchannan con niños SBU ... minutos antes jugaban con coches de juguete en una pila de arena ... eran niños, claro! El lado triste es que dos meses más tarde, algunos murieron en la Operación "Octopus" entre Buchannan y Monrovia.

martes, 3 de noviembre de 2009

Una máscara y muchos significados ...


Trabajando las concesiones en la selva aprendí que la estatuilla entre los nativos viene a ser su identificación étnica y personal ... e incluso viajaba entre poblados en visita oficial. Además de utilizarla el brujo dentro de su clan como instrumento para captar la energía que emana de los espíritus que simboliza.

El papel de la máscara ocupa un lugar de honor entre las costumbres de los nativos, tanto en ceremonias funerarias como en las demandas esporádicas del brujo en el marco del clan. Es tanta la superstición en sus creencias que inclusive el portador de las máscaras se llega a identificar con el espíritu que invoca, y que entre el griterío de los ebrios asistentes, el sonido de los monótonos cánticos al son de los incesantes timbales, las trepidantes danzas en medio de la densa cortina de polvo, poco a poco, va tomando posesión de su persona hasta entrar en trance y éxtasis profundo, convirtiéndose durante horas en el instrumento del espíritu.

Cada etnia tiene su propia representación, ritos que van desde las ceremonias funerarias o nupciales, la iniciación de los niños varones hacia la pubertad (circuncisión) o las niñas a la fecundidad (ablación), e incluso la quema de fincas y su siembra, así como la recogida de sus cosechas, por no obviar la invocación a los espíritus de los animales existentes en el clan y en los cuales dicen transformarse con máscaras afines a las bestias invocadas. Fetiches en manos de hechiceros con fines de captación de fuerza maligna para uso de poderes malignos, es muy peligroso en manos de tales “sociedades secretas”, puesto que el motivo principal de estos rituales es poseer el control del terrorífico poder aprovechándose de la ignorancia de sus súbditos y clanes vecinos, a quienes mantendrán aterrorizados el resto de sus vidas.

Creen firmemente que con la “medicine” elaborada por brujos, tanto en formas de fetiches, amuletos, sustancias o pócimas mágicas ... les servirá como objetos, que les liberará de toda clase de conjuros, enfermedades, mal de ojo ... etc.

Entre las máscaras, estatuillas y amuletos, las hay relacionadas con la “magia negra” elaboradas con fines “malévolos” denominadas “fetiches” (proveniente de la palabra portuguesa feitico). La creencia es que el poder de estos fetiches malévolos, muñequillos de barro o madera representando tanto humanos como animales atravesados con clavos o agujas, colmillos de leopardo, picos o garras de águilas, dientes de cocodrilos, huesos de animales e inclusive de humanos, pelo de animales, cabellos de humanos, partes de órganos humanos y animales, no radica en los ídolos propiamente dichos, sino en las pócimas (yuyu) que han sido embadurnadas o las que portan en su interior alojadas en alguna oquedad secretamente tallada y rellenada... cada uno de estos fetiches malignos puede representar una diferente clase de maldición o de conjuro, bien para ocasionar mala suerte, daño, e inclusive para producir la muerte a otro ser humano.

“... según algunos historiadores estos fetiches pueden tener su origen en los relicarios introducidos por los portugueses en el intento de evangelizar el Continente Africano ..., para más tarde ser introducidos en el Nuevo Continente por mediación de la esclavitud...”. En el transcurso de la segunda mitad del siglo XV los portugueses ya visitaron la costa africana, desde las islas de Cabo Verde, Liberia, Ghana, Congo, hasta el Cabo de Buena Esperanza. Estableciéndose más tarde en las costas del Golfo de Guinea, en donde construyeron fortines y centros de comercio, desde los cuales se comerciaba con los nativos a cambio de marfil, oro y más tarde con esclavos.

Como anécdota y toque de humor a esta entrada y porque la realidad supera la ficción ... no hay brujo, espíritu o hechicero que se resista a una jaula de cervezas, un cartón de cigarrillos o una buena propina para reparar su traje de rafia ...